jueves, 11 de junio de 2020

¿Un ciudadano, un voto?


Mi buen amigo Carlos Delius Sensano suele decir: "Hay que tener cuidado con lo que se pide, porque de repente te lo dan".

En las redes sociales, cada vez más gente utiliza erróneamente la consigna "Un ciudadano, un voto", para referirse a la modificación de la ley 421 (Ley de Distribución de Escaños entre Departamentos).

Desde luego que "un ciudadano, un voto" es un principio básico de la democracia y debemos asegurarnos que se cumpla. Para ello, entre otras cosas, se debe depurar el padrón electoral con el propósito de evitar que una persona esté empadronada más de una vez o que los "muertos voten".

Pero eso no tiene nada que ver con la demanda de redistribución de escaños y la modificación de las circunscripciones electorales. En este caso, la consigna debe ser "que cada voto valga lo mismo", o si lo prefiere: "que cada diputado sea elegido por similar cantidad de votos".

Como verá, no es lo mismo ni se escribe igual. No es que está lo uno contra lo otro, simplemente son dos problemas diferentes, que requieren soluciones diferentes.

Podríamos llegar a un extremo que se asegure la vigencia plena del principio "un ciudadano, un voto", pero si no se modifica la ley 421, pocos votos seguirán eligiendo a la mayoría de los parlamentarios.
¿Se entiende?

G. K. Chesterton decía: "No es que no sepan ver la solución, sino que no saben ver el problema".

Me temo que es lo que nos pasa... y así nos va.